Asomado al Canal Grande y al Rio San Polo, Palazzo Barbarigo está a menos de cinco minutos a pie de la parada San Tomá, donde llegan los vaporettos provenientes de Piazzale Roma y de la estación de trenes Santa Lucia, dirigidos hacia Piazza San Marco, Rialto y Lido.
La Basílica dei Frari es uno de los más admirables ejemplos de estilo gótico presentes en la ciudad. En el interior de esta espléndida iglesia se guardan diferentes obras y los restos del compositor Claudio Monteverdi, uno de los mayores representantes del Tardo Renacimiento. Situada a pocos pasos de distancia, se halla la cercana Iglesia de San Rocco, que también merece la pena visitar.
Cogiendo el vaporetto que para en San Tomà, es posible alcanzar en poco tiempo Rialto o San Marco. Rialto, el famoso puente y su mercado representan el antigua alma comercial de la ciudad. Aún hoy esta zona de Venecia está llena de tabernas y bares donde es posible beber el típico spritz y transcurrir una hermosa velada. Piazza San Marco, por otro lado, es el salón bajo las estrellas más bonito del mundo. Pasear bajo el altísimo campanario delante de la Basílica con su fachada de mosaicos es una experiencia verdaderamente memorable.
Permanecer en Palazzo Barbarigo significa tener un punto de partida ideal para alcanzar Venecia y sus edificios dedicados a la celebración del arte: Palazzo Grassi, la Fundación Guggenheim, Ca’ Rezzonico, la Galería de la Academia, la Fundación Pinault, se encuentran todas a lo largo del recorrido que hace el vaporetto, dirección San Marco. Con unos veinte minutos más de vaporetto se llega a Lido de Venecia, sede del prestigioso Festival de Cine, un lugar fuera del tiempo, enriquecido por casas en estilo Liberty y por su famoso litoral.